Emergencia Salarial para Empleadas Domésticas: Precarización y Amenaza de Eliminación de Paritarias

La situación para miles de empleadas domésticas en Argentina es de una creciente alarma. Con los sueldos congelados desde el pasado mes de enero, este sector, históricamente vulnerado, enfrenta una dramática pérdida de poder adquisitivo, que se agrava con el rumor ominoso de una posible eliminación de las negociaciones paritarias. Para la izquierda, esta realidad no es una casualidad, sino el resultado de políticas de ajuste que golpean con mayor fuerza a los sectores más precarizados de nuestra sociedad.

Emergencia Salarial para Empleadas Domésticas: Precarización y Amenaza de Eliminación de Paritarias

Desde la última actualización salarial, hace ya cinco meses, la inflación no ha dado tregua. Los precios de los alimentos, los servicios básicos y el transporte han escalado vertiginosamente, licuando día a día el poder de compra de los ya de por sí magros salarios de las trabajadoras de casas particulares. Muchas de ellas, jefas de hogar o sostén de sus familias, se ven empujadas a una situación de empobrecimiento extremo, con dificultades para cubrir las necesidades más elementales. Esta realidad pone de manifiesto la urgencia de una intervención estatal que garantice salarios dignos y condiciones laborales justas.

La preocupación se profundiza ante la advertencia de que las paritarias, el mecanismo fundamental de negociación colectiva que permite a las trabajadoras y trabajadores defender el valor de sus ingresos frente a la inflación, podrían ser eliminadas. Esta amenaza, que se enmarca en un contexto de ataque generalizado a los derechos laborales y a la organización sindical, representa un retroceso inaceptable. Sin paritarias, las empleadas domésticas quedarían a merced de la voluntad unilateral de los empleadores, sin voz ni capacidad de negociación para reclamar salarios justos y actualizados. Es un golpe directo a la posibilidad de construir un futuro con dignidad para un sector que ha luchado incansablemente por el reconocimiento de sus derechos laborales.

Se enfatiza que la eliminación de las paritarias sería un paso más hacia la precarización laboral absoluta. Las empleadas domésticas, en su mayoría mujeres y muchas de ellas migrantes, ya enfrentan desafíos como la informalidad, la falta de cobertura social y la ausencia de reconocimiento de sus derechos. Quitarles la herramienta de la negociación salarial equivale a condenarlas a la miseria, profundizando la desigualdad y la explotación.

Es imperativo que el Estado intervenga para garantizar no solo una actualización salarial urgente que compense la inflación acumulada, sino también la plena vigencia de las paritarias. La defensa de los salarios de las empleadas domésticas no es solo una cuestión económica, sino una cuestión de justicia social y de reconocimiento de la dignidad de un trabajo esencial para el funcionamiento de nuestra sociedad. La lucha por salarios justos y la defensa de las paritarias para las trabajadoras de casas particulares es, hoy más que nunca, una bandera irrenunciable para la izquierda.