Radiografía de una Crisis de Legitimidad y la Polarización Inquebrantable

El reciente fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que ratifica la condena a Cristina Fernández de Kirchner, ha desatado un "auténtico sismo" en la política argentina, cuyas réplicas, lejos de disiparse, prometen extenderse en el tiempo y generar consecuencias impredecibles.

Radiografía de una Crisis de Legitimidad y la Polarización Inquebrantable

Así lo revela un reciente informe de Zuban Córdoba y Asociados, elaborado entre el 10 y 11 de junio de 2025 con una muestra de 1200 casos, que expone no solo la polarización en torno a la figura de CFK, sino también la profunda crisis de legitimidad que atraviesan el sistema judicial, el peronismo y el propio gobierno nacional.

Este estudio es mucho más que una encuesta de opinión; es la radiografía de un país fracturado y un espejo que refleja las contradicciones de un sistema que se dice democrático pero que, en los hechos, parece operar con lógicas políticas por encima de las jurídicas.

El informe de Zuban Córdoba es contundente: el debate sobre Cristina Fernández de Kirchner sigue siendo uno de los clivajes centrales del escenario político argentino. Más del 50% de los encuestados considera a Cristina "culpable" y cree que "debe ir presa". Sin embargo, la paradoja es ineludible: una porción similar (46,5%) desconfía de la justicia y cree que esta "actuó de manera deshonesta". Aún más revelador es que el 56,6% de la población está en desacuerdo con la idea de que "en Argentina somos iguales ante la ley".

Esta desconfianza se agudiza al considerar que más del 75% de los encuestados está en desacuerdo con la designación de jueces de la Corte por decreto presidencial. La conclusión es brutal: el electorado "quiere justicia, pero no le cree a los jueces; quiere condenas, pero duda de los condenadores". Desde la izquierda, esto no es solo una "matriz emocional y política cada vez más compleja", sino la cristalización de una crisis estructural que evidencia la instrumentalización del Poder Judicial como herramienta de persecución política y disciplinamiento social. El "lawfare" no es una teoría conspirativa; es una realidad palpable que horada los cimientos de la credibilidad institucional.

Esta polarización se ve claramente reflejada en los datos según el voto en balotaje. Mientras que el 94,9% de los votantes de Javier Milei consideran a Cristina "culpable", el 87,3% de los votantes de Sergio Massa la consideran "inocente". De igual modo, el 88,7% de los votantes de Milei creen que la justicia actuó "honestamente", frente al 95,5% de los votantes de Massa que creen que actuó "deshonestamente". La fractura es profunda y parece irreconciliable., esta polarización no es una fatalidad, sino el resultado de políticas que profundizan las desigualdades y de una "guerra judicial" que busca eliminar del tablero a las voces disidentes y a los proyectos populares. El sistema político, "atrapado entre ambos polos", se ve obligado a convivir con una grieta que ni las urnas ni los estrados judiciales logran resolver.

Opinión sobre la Culpabilidad de CFK por Franja Etaria:

El informe de Zuban Córdoba revela una interesante distribución de opiniones sobre la culpabilidad de Cristina Fernández de Kirchner según las edades:

Estos datos sugieren que la percepción de culpabilidad de Cristina es significativamente mayor en el segmento más joven (16 a 30 años), mientras que las franjas de edad intermedia (31 a 60 años) muestran una división más equitativa, e incluso una mayor tendencia a considerarla inocente en la franja de 46 a 60 años. Para la izquierda, esto podría indicar la efectividad de ciertas narrativas mediáticas en las generaciones más jóvenes o, inversamente, una mayor conciencia de la historia política y las dinámicas del "lawfare" en los segmentos de mayor edad.

Breve Reseña: Lo que Debería Hacer el Peronismo en Esta Instancia

Ante este escenario de polarización y deslegitimación institucional, el peronismo se encuentra en una encrucijada histórica. Las acciones que debería emprender son las siguientes:

Defensa Activa y Unificada: El peronismo debe cerrar filas en torno a la defensa de Cristina Fernández de Kirchner, no solo como una cuestión de lealtad, sino como una defensa de la democracia y del Estado de Derecho. Esto implica denunciar de manera contundente el "lawfare" y la instrumentalización de la justicia con fines políticos. La tibieza o la fragmentación solo fortalecerán a quienes buscan proscribir a las fuerzas populares.

Radicalización Democrática del Sistema Judicial: La desconfianza popular en la justicia (56,6% en desacuerdo con la igualdad ante la ley, y 75% en desacuerdo con la designación de jueces por decreto) ofrece una ventana de oportunidad para impulsar una reforma judicial profunda y democrática. El peronismo debe liderar la demanda por mecanismos de elección popular de jueces, la democratización de la Corte Suprema y la independencia real del Poder Judicial de los intereses económicos y políticos concentrados.

Reconexión con las Bases y el Debate Popular: La condena a CFK ha "terminado de desmoronar los pocos carriles que seguían en pie de esa ancha avenida del medio". Esto exige al peronismo abandonar cualquier intento de "centro" y reafirmar su identidad como movimiento nacional y popular. Debe retomar el diálogo directo con las bases, desmantelar las operaciones mediáticas y judiciales a través de la pedagogía política, y reconstruir un relato que explique la persecución y el ajuste en clave de defensa de los intereses de las mayorías.

Construcción de Alternativas Programáticas: Más allá de la defensa de sus líderes, el peronismo debe aprovechar esta coyuntura para actualizar y profundizar su programa político. En un contexto de crisis económica y avance de la derecha, es fundamental presentar propuestas concretas y que aborden las necesidades urgentes del pueblo, como la redistribución de la riqueza, la defensa de los derechos laborales, la inversión en salud y educación públicas, y la soberanía sobre los recursos naturales.

Articulación Regional e Internacional: La solidaridad de líderes como Lula da Silva, Claudia Sheinbaum, Gustavo Petro y Luis Arce demuestra la conciencia regional sobre el "lawfare". El peronismo debe fortalecer estas alianzas y trabajar en la construcción de un frente latinoamericano de defensa de la democracia y los proyectos populares, que denuncie las injerencias externas y las estrategias de desestabilización.