Caputo Liquida AySA: La Patria en Remate para Engordar al Capital Financiero

En una escalada alarmante de su política de ajuste y desguace del Estado, el ministro de Economía, Luis Caputo, ha puesto en marcha la venta de Aguas y Saneamientos Argentinos (AySA), la última gran empresa de servicios reestatizada. Esta privatización no es un hecho aislado, sino la punta de lanza de un plan macabro: financiar al Banco Central con la venta de activos públicos, a costa del bienestar de millones de argentinos.

Caputo Liquida AySA: La Patria en Remate para Engordar al Capital Financiero

La desesperada búsqueda de dólares por parte del gobierno de Milei encuentra su vía más rápida y menos escrupulosa en la enajenación de empresas que, como AySA, cumplen un rol social fundamental. No se trata de "modernizar" o "eficientizar", sino de entregar a precio de remate un servicio esencial para la vida de la población, con el único fin de alimentar la voracidad del capital financiero y maquillar un desequilibrio macroeconómico provocado por las mismas políticas de especulación y fuga.

AySA, recuperada para el pueblo argentino en 2006, representó un avance significativo en el acceso al agua potable y saneamiento para millones de hogares. Su reestatización permitió la expansión de redes, la inversión en infraestructura y una visión de servicio público por encima de la lógica de la ganancia. Hoy, ese camino se invierte brutalmente. La venta de AySA no solo implica la pérdida de un activo estratégico, sino la entrega del control sobre un derecho humano básico a manos de grupos económicos privados, tanto argentinos como brasileños, cuyo único interés será maximizar sus beneficios, probablemente a expensas de tarifas más altas y menor calidad de servicio para la mayoría.

Este caso testigo de AySA es el preámbulo de lo que se viene. El plan de Caputo es claro: desguazar todo lo que tenga valor en el Estado, desde empresas públicas hasta recursos naturales, para calmar la sed de divisas del Banco Central y complacer a los acreedores externos. La lógica es perversa: se generan los problemas económicos con políticas neoliberales y luego se "solucionan" hipotecando el futuro del país y el patrimonio de todos los argentinos.

Esta venta es inaceptable. Representa un retroceso histórico en la construcción de un Estado que garantice derechos y no que los mercantilice. Es la profundización de un modelo que concentra la riqueza en pocas manos y precariza la vida de las grandes mayorías. La defensa de AySA y de todas las empresas públicas es la defensa de la soberanía nacional y de los derechos del pueblo. Es hora de que las y los trabajadores, los movimientos sociales y las fuerzas políticas populares levanten su voz contra este brutal saqueo y exijan un modelo económico al servicio de las mayorías, no de los mercados.