Los Estafados por Milei: La Emergencia de una Nueva Oposición Social y el Costo de la Deuda Eterna

El "plan motosierra" de Javier Milei no solo ha desguazado el Estado y pauperizado a millones de argentinos; también ha sembrado las semillas de una nueva y potente oposición social que emerge desde abajo, desde los barrios y las trincheras de la resistencia. Con cada ajuste, cada recorte y cada promesa incumplida, el gobierno libertario construye una mayoría en su contra, consolidando la imagen de un proyecto excluyente que no tiene nada que ofrecer a las grandes mayorías.

Los Estafados por Milei: La Emergencia de una Nueva Oposición Social y el Costo de la Deuda Eterna

El caso del Hospital Garrahan es un símbolo lacerante de esta realidad. La asfixia presupuestaria a uno de los hospitales pediátricos más importantes de Latinoamérica, la falta de insumos, el vaciamiento de personal y la creciente precarización de la salud infantil, no son errores de gestión; son la manifestación más cruda de una política que prioriza el ajuste fiscal sobre la vida misma. Este ataque a la salud pública, al igual que los recortes en educación y los despidos masivos, no solo genera indignación, sino que impulsa la organización y la movilización de quienes son directamente afectados. Madres, padres, trabajadores de la salud y organizaciones sociales se unen en una lucha común, visibilizando la barbarie de un modelo que mercantiliza hasta la salud de nuestros niños.

Gobernadores Distanciados y una Deuda que Ahoga

Mientras tanto, la supuesta "gobernabilidad" de Milei comienza a resquebrajarse. Los gobernadores, incluso algunos que inicialmente coquetearon con el proyecto libertario, empiezan a tomar una distancia marcada. Las provincias, asfixiadas por la caída de la coparticipación, la paralización de la obra pública y el creciente costo social del ajuste, ven cómo sus economías regionales se desmoronan. La prometida reactivación nunca llegó; solo hay cierres de comercios, despidos y el aumento de la pobreza. Esta distancia no es ideológica, es una necesidad de supervivencia política ante el hastío de sus pueblos. Los gobernadores son testigos de cómo el modelo centralista de Milei desangra las provincias y los obliga a cargar con un costo social insostenible.

Pero la verdadera soga al cuello de la Argentina es la deuda externa. Los intereses de la deuda ya alcanzan la escalofriante cifra de 11.300 millones de dólares por año. Esta brutal sangría de recursos, que va directamente a los bolsillos de los especuladores financieros y los organismos de crédito, es la justificación de cada recorte, de cada ajuste, de cada desfinanciamiento de áreas vitales como la salud y la educación. Mientras a nuestros hospitales y escuelas les falta dinero, los millones de dólares se fugan hacia los acreedores. Para la izquierda, esta es la verdadera razón del "no hay plata": el dinero existe, pero se destina a pagar una deuda impagable, ilegítima y que condena al futuro de nuestro país. La prioridad no es el pueblo, es el capital financiero.

La Proscripción de Cristina y la Estrategia del Lawfare

En este contexto de emergencia social y económica, el Poder Judicial, fiel a su rol en el lawfare, se apresta a jugar su propia carta. El esperado fallo de la Corte Suprema que dejaría a Cristina Fernández de Kirchner proscripta en la causa "Vialidad" no es un hecho aislado. Es la culminación de una estrategia política-judicial-mediática diseñada para eliminar del escenario a una figura clave del campo popular y, con ella, debilitar la única alternativa que puede frenar la avanzada de la derecha.

Este intento de proscripción no solo atenta contra los derechos políticos de una exmandataria; es un mensaje para todo el campo popular. Busca amedrentar, desmovilizar y deslegitimar cualquier liderazgo que desafíe el poder de las corporaciones. Para la izquierda, este fallo, si se concreta, será un símbolo de la profundización de la judicialización de la política y de la instrumentalización de la justicia para fines persecutorios.

Una Nueva Mayoría Social en Construcción

Sin embargo, a pesar de la brutalidad del ajuste y la ofensiva judicial, el descontento popular no se diluye. Por el contrario, se organiza y se articula. Las protestas de los jubilados, la resistencia de los trabajadores estatales, la lucha de las Manzaneras y las organizaciones de base por cada comedor popular, la defensa de la salud y la educación públicas: todo ello configura una nueva oposición social. Una oposición que no se limita a las estructuras partidarias tradicionales, sino que surge de la necesidad, de la bronca y de la solidaridad.

Este gobierno, con su plan excluyente, está construyendo una mayoría en su contra. Una mayoría de estafados, de empobrecidos, de aquellos a quienes les prometieron "libertad" y les dieron miseria. La izquierda tiene la tarea histórica de canalizar esa bronca y construir una alternativa política que defienda los derechos del pueblo, que priorice la vida sobre la deuda y que ponga fin a la impunidad de los que nos gobiernan para los ricos. La lucha es hoy, en las calles y en cada barrio, para frenar a Milei y construir un futuro digno para todos.