Milei Deserta la Paritaria Nacional: La Educación Pública al Borde del Abismo
El gobierno de Javier Milei ha vuelto a demostrar su desinterés por la educación pública al abandonar la mesa de la paritaria nacional docente, una decisión que no solo complica el panorama salarial en las provincias, sino que también revela una clara intención de desarticular la unidad de los gremios y debilitar la educación nacional.

Esta medida, que gremios docentes ya califican como un intento de "disolver lo nacional y fragmentar las demandas", presagia un nuevo paro nacional y profundiza la crisis en un sector fundamental para el futuro del país.
La Estrategia de la Fragmentación: Debilitar para Dominar
La ausencia del gobierno en la paritaria nacional no es un mero descuido, sino una estrategia calculada. Al retirar al Estado nacional de su rol de garante de un piso salarial y condiciones laborales dignas para todos los docentes del país, Milei busca trasladar la responsabilidad exclusivamente a las provincias. Esta movida tiene múltiples aristas perversas: por un lado, genera una inequidad salarial alarmante entre las jurisdicciones, empobreciendo a los docentes de las provincias con menos recursos. Por otro, fragmenta la lucha gremial, obligando a cada sindicato provincial a negociar de forma aislada y, por ende, con menor poder de fuego.
Desde la Provincia de Buenos Aires, un distrito clave por su vasta población estudiantil y docente, las críticas no se hicieron esperar. Funcionarios del ámbito educativo bonaerense cargaron duramente contra Milei, denunciando que su accionar no hace más que profundizar la crisis educativa y desfinanciar la escuela pública. La preocupación es palpable: sin una referencia nacional, las negociaciones se vuelven más complejas y el riesgo de que los salarios docentes queden aún más rezagados frente a la inflación se incrementa drásticamente.
Un Paro Nacional en el Horizonte y la Resistencia Docente
Ante este panorama desolador, la posibilidad de un paro nacional docente cobra cada vez más fuerza. Los gremios ya se encuentran en estado de alerta y movilización, evaluando los pasos a seguir. La unidad de acción se presenta como la única herramienta para hacer frente a un gobierno que parece decidido a desguazar la educación pública y a precarizar aún más las condiciones laborales de sus trabajadores.
La comunidad educativa, históricamente un bastión de resistencia frente a las políticas neoliberales, se prepara para dar batalla. Porque la defensa de la educación pública no es solo la defensa de un derecho, sino la defensa de un modelo de país más justo e inclusivo, que Milei, con sus políticas de abandono y fragmentación, busca borrar del mapa.