El Boicot Silencioso: Molineros Dejan a Panaderos Sin Insumos y Agravan la Tensión Social en la Previa Electoral

El Boicot Silencioso: Molineros Dejan a Panaderos Sin Insumos y Agravan la Tensión Social en la Previa Electoral
El Pan como Herramienta de Presión

El Boicot Silencioso: Molineros Dejan a Panaderos Sin Insumos y Agravan la Tensión Social en la Previa Electoral

En un clima de profunda incertidumbre económica y política, una maniobra de presión sectorial se ha instalado en el corazón de la canasta básica: los molineros han notificado a los panaderos bonaerenses que suspenderán la entrega de harina y otros insumos esenciales hasta después de las elecciones legislativas de este domingo.

Este "paro" encubierto de la cadena de producción, disfrazado de cautela electoral, es en realidad un acto de chantaje económico por parte de un sector concentrado que busca forzar una devaluación o asegurar prebendas del próximo escenario político, utilizando el pan, alimento fundamental del pueblo trabajador, como moneda de cambio.

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???? El Pan como Herramienta de Presión

La advertencia de los panaderos bonaerenses es una señal de alarma social. Si los molinos, que manejan un insumo estratégico como la harina, retienen la mercadería, el impacto será directo y devastador:

             Ataque al Consumo Popular: La escasez o la suba brusca de precios del pan y las facturas golpea de lleno al bolsillo de los sectores populares, que son los que más dependen de estos alimentos básicos. Es una forma de inflación inducida que castiga directamente a la clase obrera y a los jubilados.

             Boicot a la Estabilidad: El lockout de insumos no tiene justificación logística, sino especulativa. Al retener stock en la previa electoral, los grandes jugadores de la cadena agroindustrial buscan profundizar el nerviosismo económico y prepararse para remarcar precios de forma escandalosa ante una devaluación post-electoral que ellos mismos están fogoneando.

             Vulnerabilidad de las PyMEs: Esta medida pone en jaque a miles de panaderías de barrio y PyMEs, obligándolas a cerrar o a vender al doble de su precio, mientras los grandes conglomerados se guardan la mercadería para el lunes, cuando esperarán venderla con el precio del dólar más alto.

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