Nuevo Golpe al Bolsillo Popular: El Gobierno Convalida Otro Tarifazo Eléctrico y Profundiza la Lógica Empresarial
Prensa
Nuevo Golpe al Bolsillo Popular: El Gobierno Convalida Otro Tarifazo Eléctrico y Profundiza la Lógica Empresarial
Una vez más, el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), bajo la órbita de la Secretaría de Energía del Ministerio de Economía, ha formalizado un nuevo aumento en las tarifas de luz para los usuarios del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), servidos por las cuestionadas empresas EDESUR y EDENOR. La medida, que rige desde el 1 de noviembre, se inscribe en la tristemente célebre "emergencia energética y económica" y ratifica la decisión política de trasladar el costo de la crisis a las espaldas de los trabajadores y el pueblo.
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Migajas de Aumento para el Pueblo, Negocio Redondo para las Distribuidoras
El incremento, que oscila entre el 3,53% (EDESUR) y el 3,6% (EDENOR) en el componente de Costo Propio de Distribución (CPD), puede parecer "moderado" en comparación con los tarifazos del pasado, pero se suma a una acumulación inflacionaria que asfixia a millones de hogares. Estos ajustes son el resultado de la luz verde dada por el gobierno a las empresas para engrosar sus ganancias bajo el pretexto de remunerar mejor su "servicio".
Este nuevo cuadro tarifario consolida la lógica de mercado que domina la provisión de un servicio esencial, donde el Precio Estabilizado de la Energía (PEE) y otros componentes se definen a espaldas de las necesidades populares.
Si bien se mantiene la segmentación tarifaria (Nivel 1 sin subsidios, Nivel 2 y 3 con topes), la transparencia del subsidio que el ENRE ahora exige visibilizar en la factura ("Subsidio Estado Nacional") no es más que una estrategia para justificar el desfinanciamiento estatal y preparar el terreno para futuros recortes que el FMI y los sectores de poder exigen. Los subsidios son un derecho para garantizar el acceso a la energía, no una dádiva a criminalizar.
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De Bimestral a Mensual: Un Cambio que Beneficia a las Empresas y Complica la Economía Familiar
Paralelamente al tarifazo, el ENRE autorizó un cambio de la medición y facturación de consumo eléctrico, pasando de un esquema bimestral a uno mensual para millones de usuarios de Tarifa 1. La justificación esgrimida por EDESUR y EDENOR —evitar la "confusión" y mejorar la "gestión financiera"— es una burda excusa técnica para un beneficio operativo empresarial.
La lectura mensual acorta el tiempo de financiación que las familias tenían, obligándolas a realizar un desembolso de dinero más frecuente, lo cual impacta directamente en la planificación económica de los hogares de ingresos fijos. Si antes se podía estirar el presupuesto por dos meses, ahora la factura golpeará cada 30 días. Es un cambio que prioriza la liquidez de las distribuidoras por encima del bienestar de las masas.
La supuesta "mayor previsibilidad" y la "transparencia" que promete el ENRE son un engaño. La verdadera transparencia y previsibilidad se logran con tarifas justas, control estatal real sobre la rentabilidad de las concesionarias y una reversión del proceso de privatización que entregó un servicio estratégico al afán de lucro. El proceso, además, es una antesala a la masificación de los medidores inteligentes, una herramienta tecnológica que, sin un control popular estricto, puede devenir en una mayor vigilancia y una herramienta de corte de servicio aún más rápida y eficiente al servicio del capital.
El Gobierno, al convalidar estas resoluciones, demuestra una vez más su falta de voluntad política para enfrentar el poder concentrado de las empresas de energía. El pueblo no puede seguir pagando la fiesta de las distribuidoras. ¡La energía es un derecho, no un negocio!
