Masacre Policial en Río: Operativo Antinarco Deja un Baño de Sangre y Desata una Crisis Política
Prensa
Masacre Policial en Río: Operativo Antinarco Deja un Baño de Sangre y Desata una Crisis Política
Megaoperativo con 2.500 efectivos en las favelas de Alemão y Penha culmina con más de 130 muertos y expone la brutalidad de la política de seguridad bolsonarista. La ONU exige investigación mientras el caos se apodera de la ciudad.
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Río de Janeiro vivió una jornada de conmoción y terror tras el despliegue de un megaoperativo policial en las populosas favelas del Complexo do Alemão y Penha. Con un saldo preliminar que superó las 130 muertes y las 80 detenciones, la acción se erige como la más sangrienta de la historia reciente de la ciudad, desatando una condena inmediata de organismos internacionales y una profunda crisis política.
???? La Violencia Estatal y el Argumento del Narcotráfico
La operación, que movilizó a unos 2.500 policías fuertemente armados, comenzó en la mañana con el supuesto objetivo de desarticular la cúpula del Comando Vermelho—una de las principales facciones del crimen organizado de Brasil. El despliegue masivo en zonas densamente pobladas resultó en intensos tiroteos, incendios y enfrentamientos que transformaron las comunidades en zonas de guerra.
Esta política de seguridad, amparada bajo el pretexto de la "mano dura" contra el narco, es sistemáticamente criticada por las organizaciones de derechos humanos por su carácter letal y discriminatorio, impactando de forma desproporcionada a la población pobre y afrodescendiente de las periferias. La alta cifra de víctimas mortales, incluidos cuatro policías, sugiere un escenario donde la ejecución sumaria opera como método, muy por encima de la detención o la desarticulación efectiva de las estructuras criminales.
???? Cruces Políticos y Mentiras Oficiales
El baño de sangre expuso las profundas tensiones entre el gobierno estadual de Río, encabezado por el gobernador Claudio Castro (afín al bolsonarismo), y el gobierno federal del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
En un intento de desviar la responsabilidad por la magnitud del desastre, el gobernador Castro acusó públicamente al líder del Partido de los Trabajadores (PT) de haber negado el envío de fuerzas federales para colaborar en la acción.
???? Sin embargo, el Ministro de Justicia y Seguridad Pública, Ricardo Lewandowski, desmintió categóricamente al gobernador, afirmando que no habían recibido solicitud alguna de ayuda por parte del gobierno de Río de Janeiro para la realización de este megaoperativo. La contradicción oficial subraya la instrumentalización política de la violencia, donde la seguridad se convierte en un campo de batalla electoral.
El caos se extendió fuera de las favelas: los líderes narcos organizaron bloqueos y barricadas en importantes vías de acceso de la ciudad, elevando el nivel de alerta operacional de Río y obligando a la Policía Militar a suspender actividades administrativas para desplegar a todo su personal.
???? Repudio Internacional a la Brutalidad
La magnitud de la tragedia obligó a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a emitir una declaración de "horror". El organismo internacional exigió a las autoridades de Río de Janeiro "investigaciones rápidas y efectivas" sobre los hechos.
⚖️ "Esta operación mortal refuerza la tendencia de consecuencias letales extremas de las operaciones policiales en las comunidades marginadas de Brasil," sentenció la ONU, poniendo el foco en la política de gatillo fácil que impera en las favelas.
Ante la gravedad de la crisis humanitaria y la necesidad de asistencia a la población civil atrapada en el fuego cruzado, el Gobierno Federal de Lula da Silva definió sobre el filo de la noche que una comitiva del Ejecutivo viaje de emergencia a Río de Janeiro. Esta acción se percibe como un intento de asistir a las víctimas y marcar distancia de la política de seguridad ultraderechista del gobierno estadual.
