El Gobierno Golpea el Bolsillo Popular: Colectivos del AMBA con Aumento Escalofriante

El gobierno ha vuelto a descargar el peso del ajuste sobre las espaldas de las y los trabajadores. A partir de este viernes, el boleto de colectivo en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) sufrirá un incremento desmedido, el primero de una serie de tres aumentos escalonados que se aplicarán en junio y julio. Esta medida, que impactará directamente en el ya maltrecho presupuesto de millones de familias, confirma la hoja de ruta del gobierno de profundizar el ajuste y privilegiar los intereses empresariales por encima de las necesidades populares.
Un Ajuste que Recorre la Clase Trabajadora
La decisión de aplicar esta suba no es aislada. Se inscribe en un marco de políticas que apuntan a licuar el poder adquisitivo de salarios y jubilaciones, mientras se liberan precios y tarifas de servicios esenciales. Para millones de personas que utilizan el transporte público a diario para ir a trabajar, estudiar o realizar trámites, este aumento representa un golpe más a su economía doméstica. Cada peso que se destine al transporte es un peso menos para comprar alimentos, pagar alquileres o cubrir gastos de salud.
Los detalles de los incrementos aún no se han difundido con la claridad necesaria, pero lo que sí es seguro es que el boleto se encarecerá de manera significativa en las próximas semanas. Esta situación no solo afecta a los usuarios directos, sino que también tiene un efecto cascada en toda la economía popular, encareciendo la producción y distribución de bienes y servicios.
La Ausencia del Estado y el Negocio de las Empresas
Mientras la inflación no da tregua y los salarios pierden la carrera contra los precios, el gobierno parece desentenderse de su rol de garante de un transporte público accesible y de calidad. Por el contrario, al convalidar estos aumentos, se beneficia directamente a las empresas concesionarias, que ven cómo sus ganancias se aseguran a costa del esfuerzo de millones de usuarios.
Desde diversos sectores sociales y sindicales, la indignación crece. Se denuncia la falta de discusión y la imposición de medidas que solo profundizan la desigualdad social. La pregunta que resuena es: ¿hasta dónde está dispuesto a llegar el gobierno en su política de ajuste, sin reparar en el daño que causa a la vida de la mayoría?