Desigualdad obscena: mientras el lujo se libera, la miseria se expande

El gobierno de Javier Milei profundiza la brecha social con una medida que indigna y revela su modelo excluyente: la liberación irrestricta del ingreso de productos de lujo. Esta decisión, celebrada por unos pocos privilegiados, contrasta brutalmente con la realidad de miles de familias argentinas que luchan por acceder a los bienes esenciales para su subsistencia.

Desigualdad obscena: mientras el lujo se libera, la miseria se expande
Credito Imagen: BBC

Un reciente informe privado de consumo pinta un panorama desolador. Mientras el consumo de bienes no durables, aquellos indispensables para la vida cotidiana como alimentos y medicamentos, experimentó una caída del 2,3% en comparación con 2023, el de bienes durables se disparó un obsceno 36%. La explicación de este fenómeno, según el propio informe, es la creciente fragmentación de una sociedad donde la distancia entre ricos y pobres se agranda a pasos agigantados.

"Esta política es una bofetada a la dignidad del pueblo trabajador", denuncia [Nombre y apellido], referente de [Organización social o política de izquierda]. "Mientras se allana el camino para la importación de autos de alta gama, joyas y artículos suntuarios, nuestros barrios se hunden en la pobreza y la angustia por no poder llenar la olla".

La liberación de importaciones de lujo, bajo el pretexto de una supuesta "apertura" económica, no beneficia al conjunto de la sociedad. Favorece únicamente a una élite minoritaria con capacidad adquisitiva para acceder a estos bienes, mientras la mayoría de la población ve cómo sus ingresos se pulverizan y el acceso a la salud, la educación y una alimentación digna se vuelve cada vez más lejano.

"El gobierno celebra el crecimiento del consumo de bienes durables como un signo de prosperidad, pero oculta la verdad detrás de estas cifras", afirma [Nombre y apellido], economista con perspectiva de izquierda. "Ese aumento no refleja un bienestar generalizado, sino la concentración de la riqueza en pocas manos y la profundización de una desigualdad que lacera el tejido social".

Este modelo económico, basado en la desregulación y el individualismo, solo conduce a una mayor injusticia social. Se reclama un Estado presente que implemente políticas redistributivas, que proteja la producción nacional y garantice el acceso universal a los derechos fundamentales.

"No podemos permitir que se siga construyendo una Argentina para dos velocidades, donde unos pocos viven en la opulencia mientras la mayoría sufre la escasez". "La lucha por una sociedad más justa e igualitaria es más urgente que nunca".

La obscena disparidad en el consumo es un síntoma alarmante de un modelo económico que prioriza el lujo para unos pocos por sobre la subsistencia de muchos. La izquierda levanta su voz para denunciar esta injusticia y para exigir un cambio de rumbo que ponga en el centro las necesidades del pueblo trabajador.