El "Costo de la Libertad": Milei Promete Inflación Cero para Esconder el Ajuste Brutal

El "Costo de la Libertad": Milei Promete Inflación Cero para Esconder el Ajuste Brutal
Ajuste brutal

El "Costo de la Libertad": Milei Promete Inflación Cero para Esconder el Ajuste Brutal

"En agosto del año que viene la inflación va a ser 0 en la Argentina", sentenció Javier Milei, el presidente ultraliberal, en un nuevo rapto de optimismo desmesurado y desconectado de la realidad. El mismo mandatario que se jacta de aplicar una terapia de shock brutal, ahora promete un milagro económico a la vuelta de la esquina, justo después de las elecciones, mientras el termómetro social marca una fiebre creciente de hambre y desesperación.

Las palabras de Milei, que afirma que el "30% de este año me da asco" (una cifra que él mismo construyó sobre las cenizas del salario popular), suenan a burla en los barrios y comedores, donde la inflación real, la de la góndola y la olla, hace rato que pulverizó los ingresos de la mayoría. La "libertad" pregonada por el presidente se traduce, para la clase trabajadora y los sectores populares, en la libertad de elegir entre pagar la luz o comprar comida.

Detrás de la grandilocuencia de la promesa de inflación cero, se esconde la verdadera jugada del gobierno: sostener el ajuste a cualquier precio. La tan mentada "baja" del índice inflacionario se está logrando a costa de una recesión histórica, con miles de despidos, industrias paralizadas y el consumo derrumbado. Una "inflación cero" lograda por la vía de la indigencia no es un triunfo económico, es un fracaso social rotundo. Es la paz de los cementerios en la economía.

Los Premios y Castigos del Neoliberalismo

El anuncio de posibles "cambios de Gabinete luego de las elecciones" y el ascenso del asesor Santiago Caputo a un "rol importante" desnuda la lógica interna del poder libertario. No se trata de una autocrítica sobre el rumbo económico o social, sino de una purga interna para premiar a los incondicionales y concentrar aún más el poder en el círculo íntimo del presidente y los intereses del establishment financiero.

La figura de Caputo, el estratega de la comunicación y la batalla cultural, subraya que la prioridad del gobierno no es la gestión de la crisis, sino el relato. La "rosca" política y el marketing electoral parecen ser el verdadero motor de los cambios, en lugar de una rectificación de un modelo que ahoga a millones.

El Odio como Herramienta Política

El desprecio manifestado por el presidente hacia el 30% de inflación de su propio gobierno, al que califica de "asco", es la manifestación de una ideología que criminaliza la pobreza y culpa a los de abajo de los males de un sistema que favorece a los de arriba. La promesa de "mejorar los índices" para 2026 no es más que un cheque en blanco a su plan de shock, mientras se desmantelan el Estado, la salud y la educación públicas.