500 Días de Milei: La Doxa Neoliberal y la Profundización de la Miseria
Se cumplen 500 días de la gestión de Javier Milei y su "plan libertario", y como era de esperarse, la Fundación Libertad ha convocado a sus oráculos económicos –Fausto Spotorno, Miguel Boggiano, Ramiro Castiñeira y Federico Domínguez– para ofrecer un diagnóstico.

Un panel de economistas ortodoxos, ideológicamente alineados con el ajuste, que, lejos de ofrecer una mirada crítica, se erigen como los apologistas de una política económica que en estos 500 días solo ha profundizado la desigualdad, la pobreza y el desmantelamiento del Estado.
La exposición de estos gurúes del neoliberalismo no hace más que reafirmar la hoja de ruta de un gobierno que, bajo el rótulo de "libertad", ha aplicado el ajuste más brutal que se recuerde en décadas. Cuando Spotorno, Boggiano, Castiñeira y Domínguez hablan de la "salida del cepo", no se refieren a una genuina liberación de las fuerzas productivas, sino a la desregulación total de los mercados para facilitar la fuga de capitales y la especulación financiera, en detrimento de la producción nacional y el empleo.
La "inflación", para estos voceros del capital, es un problema a resolver con más ajuste, más recortes y menos derechos. Olvidan convenientemente que la inflación en Argentina tiene raíces estructurales ligadas a la concentración económica, la formación de precios por parte de oligopolios y el endeudamiento externo. Su receta es siempre la misma: enfriar la economía a costa del hambre y la miseria de millones. La "baja de la inflación" que pregonan se construye sobre la recesión, el desempleo y el empobrecimiento generalizado de la clase trabajadora.
Y cuando abordan la "persistencia del riesgo país", lo hacen desde la lógica de complacer a los mercados financieros internacionales, aquellos mismos que han saqueado al país durante décadas. Para estos economistas, el "riesgo" no radica en la creciente deuda externa, en el vaciamiento de la industria nacional o en la falta de acceso a derechos básicos, sino en la "incertidumbre" que genera cualquier intento de soberanía económica o de justicia social. La lógica es clara: a mayor ajuste y sumisión al capital financiero, menor "riesgo país", aunque eso signifique hundir en la pobreza a la mayoría de la población.
Los 500 días de Milei no son un "plan libertario" exitoso, sino un período de profundización de la dependencia, la precarización y la concentración de la riqueza. El diagnóstico de estos economistas, por más rimbombantes que sean sus títulos y sus presencias en paneles de fundaciones de derecha, no es más que la legitimación de un modelo que está destruyendo el tejido social y productivo de la Argentina.
Lo que viene para la economía, según la visión de estos profetas del mercado, es más de lo mismo: más ajuste, más desregulación y menos Estado. Pero la historia nos enseña que ningún plan económico puede sostenerse de espaldas a las necesidades del pueblo trabajador. La respuesta, desde las calles y desde las organizaciones populares, será la resistencia a un modelo que nos condena a la miseria y la lucha por una economía al servicio de las mayorías, y no de unos pocos privilegiados.