PRO y el Ajuste: ¿Crítica o Reposicionamiento en la Derecha?

En una tensa cumbre del PRO, la "oposición amigable" del gobierno de Milei, se escucharon algunas voces disidentes que, suenan más a reposicionamiento estratégico que a una crítica genuina al modelo de ajuste. Hernán Lacunza, ex ministro de Hacienda de Macri, lanzó una frase que resuena entre las mayorías populares: "El consumo no arranca". Una obviedad para quienes sufren el día a día la recesión y la caída del poder adquisitivo, pero un "descubrimiento" para quienes, como él, fueron artífices de políticas similares.

PRO y el Ajuste: ¿Crítica o Reposicionamiento en la Derecha?

Desde el campo popular, esta "crítica" de Lacunza genera más suspicacia que esperanza. ¿Realmente el PRO está preocupado por el consumo de la clase trabajadora o lo que le preocupa es el impacto de la recesión en sus propios intereses económicos y electorales? 

Mientras Lacunza señalaba lo evidente, Mauricio Macri, con su habitual retórica, pidió que "cada distrito se dé su estrategia con dignidad". Este llamado a la "dignidad" suena a un intento de lavarse las manos y desmarcarse de un gobierno que, aunque con discursos más radicales, profundiza el camino de ajuste y desregulación iniciado por Cambiemos. El "pronóstico reservado sobre el gobierno de Milei" es el eufemismo que utiliza la derecha para reconocer, entre bambalinas, el costo social de sus propias recetas, sin asumir responsabilidad alguna.

La cumbre del PRO, más que un espacio de autocrítica o de búsqueda de alternativas para la mayoría de los argentinos, parece haber sido un teatro para redefinir las alianzas internas y externas en el complejo tablero de la derecha. El temor a ser arrastrados por el costo político y social del "plan motosierra" de Milei empieza a generar divisiones, pero no porque les preocupe el sufrimiento de los trabajadores, sino porque ven peligrar sus propios proyectos políticos y económicos.

Esta disputa interna en la derecha no debe confundirnos. Son las mismas fuerzas políticas que, con distintos matices y velocidades, defienden los intereses de los sectores concentrados de la economía, la extranjerización y la precarización de la vida. La crítica de Lacunza al "consumo que no arranca" no es una señal de cambio, sino el reconocimiento de un problema que ellos mismos contribuyeron a crear. La verdadera solución no vendrá de las cumbres del PRO, sino de la organización y la lucha de la clase trabajadora por un modelo económico que ponga la vida por encima de las ganancias.