El Banco Central se Mantiene Ajeno Mientras las Reservas se Desangran

En una preocupante señal de la fragilidad económica tras la liberalización cambiaria, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) optó nuevamente por la inacción en el mercado de divisas. Esta pasividad, que se extiende ya por tres jornadas, coincide con un nuevo incremento en la cotización del dólar, generando incertidumbre y alimentando las crecientes críticas sobre la estrategia oficial.

El Banco Central se Mantiene Ajeno Mientras las Reservas se Desangran
Credito Imagen: A24.com

Mientras la cuarta semana desde el levantamiento del cepo cambiario comienza a transitar sus primeros días, la ausencia de intervención por parte del BCRA resulta, cuanto menos, desconcertante. En un contexto donde la divisa estadounidense continúa su escalada, erosionando el poder adquisitivo de la clase trabajadora y presionando sobre los precios de bienes y servicios esenciales, la quietud del organismo monetario plantea serias interrogantes sobre su capacidad y voluntad para estabilizar la economía.

Las cifras son elocuentes: las reservas internacionales del BCRA han experimentado un retroceso. Este goteo constante de divisas, en un escenario de creciente demanda de dólares, evidencia la vulnerabilidad de la posición financiera del país y siembra dudas sobre la sostenibilidad del actual esquema cambiario.

¿A qué responde esta llamativa inacción? Sectores críticos advierten sobre la posibilidad de que esta estrategia responda a una lógica de ajuste ortodoxa, donde se prioriza la acumulación de reservas a costa de la estabilidad cambiaria y el bienestar de la población. La falta de herramientas efectivas para contener la demanda de dólares, sumada a la incertidumbre generada por las políticas económicas implementadas, podría estar alimentando una fuga de capitales silenciosa pero constante.

Las consecuencias de esta pasividad no se hacen esperar. El aumento del dólar impacta directamente en los bolsillos de los argentinos, especialmente en aquellos con ingresos fijos que ven cómo su salario pierde valor día a día. La inflación, que aún no logra ser controlada, se ve inevitablemente exacerbada por esta depreciación de la moneda local, profundizando la crisis social y económica que atraviesa el país.

Desde diversos espacios, se insiste en la necesidad de una intervención activa y decidida por parte del Banco Central para frenar la especulación y garantizar un tipo de cambio estable. Se argumenta que la defensa de las reservas no puede realizarse a costa del sufrimiento del pueblo trabajador y que es imperativo implementar políticas que prioricen la producción nacional, el control de capitales y una distribución más equitativa de la riqueza.

La continuidad de esta estrategia de no intervención, en un contexto de creciente volatilidad cambiaria y sangría de reservas, augura un panorama económico complejo y desafiante. La pregunta que resuena con fuerza es hasta cuándo el Banco Central mantendrá esta postura mientras la economía real se resiente y la esperanza de una recuperación se diluye en cada nueva jornada de retroceso.