La cruel derecha del dólar barato y el salario ajustado: la advertencia de Cristina
La voz de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner resonó con fuerza en el escenario político, lanzando una andanada de críticas lapidarias contra la actual gestión nacional. Sus palabras, que resuenan con la indignación de vastos sectores populares, pintan un panorama desolador: "Estamos ante una derecha cruel, con el dólar barato y cepo al salario", sentenció, desnudando la esencia de una política económica que, bajo la fachada de la estabilidad monetaria, esconde un brutal ajuste contra los trabajadores y los sectores más vulnerables.

La exmandataria no dudó en señalar directamente las consecuencias de estas políticas. La referencia al Hospital Garrahan, un emblema de la salud pública argentina y de la atención pediátrica de excelencia, no fue casual. Es la imagen de un Estado que, bajo la lupa del "ajuste", recorta donde más duele: en la salud, la educación y la asistencia social. Las advertencias de Kirchner sobre el "ajuste" al Estado no son meras conjeturas, sino la anticipación de un desmantelamiento de las políticas públicas que benefician a la mayoría, en pos de una supuesta "disciplina fiscal" que solo beneficia a unos pocos.
Este gobierno, que se jacta de un "dólar barato", lo hace a costa de la pérdida sistemática del poder adquisitivo. Mientras las divisas parecen estables para quienes tienen acceso a ellas, la realidad de millones de argentinos es la de un "cepo al salario", una asfixia económica que licúa los ingresos y empuja a la pobreza a quienes viven de su trabajo. La "cruel derecha" a la que alude Kirchner no es solo un epíteto, sino la descripción de un modelo que prioriza las ganancias del capital por sobre el bienestar de la población.
Las declaraciones de la expresidenta no solo funcionan como una crítica, sino como un llamado de atención urgente. La degradación de los servicios públicos, la pauperización de la vida de los trabajadores y la concentración de la riqueza en pocas manos son las caras de un mismo proyecto político. Un proyecto que, lejos de las promesas de prosperidad, profundiza la desigualdad y genera un escenario de profunda incertidumbre para el futuro de la Argentina.
¿Hasta cuándo podrá sostenerse un modelo que empobrece a sus ciudadanos mientras celebra un dólar "barato"? La pregunta queda flotando en el aire, con la urgencia de una respuesta que parece cada vez más apremiante para quienes sufren el ajuste en carne propia.