Francisco: el Papa que unió fe, política y justicia social
El Papa Francisco dejó una marca imborrable como líder que modernizó la Iglesia con una mirada profundamente política.

Aunque fue el pontífice que impulsó a la institución hacia el siglo XXI, su visión se nutrió del pensamiento político del siglo XX, con una convicción clara: el poder puede y debe usarse para transformar la realidad y enfrentar las injusticias. En la cumbre del G7 celebrada en Roma en 2023, lanzó un mensaje directo a los líderes mundiales, incluido Javier Milei: “¡La política sirve!”.
En ese mismo encuentro, Francisco destacó que la verdadera grandeza política se revela cuando, en contextos difíciles, se actúa con principios y se prioriza el bien común por encima de los intereses inmediatos. Fue, sin dudas, una de las intervenciones más políticas y contundentes de aquel evento, dejando en claro que su papado no iba a ser indiferente a los grandes dilemas del mundo.
Su pontificado estuvo marcado por un enfoque humanista en una época donde predomina la deshumanización. Denunció sin rodeos el culto al dinero y al mercado, y propuso caminos alternativos basados en la solidaridad, el encuentro y la justicia. Como buen jesuita y con una visión afín al pensamiento peronista, entendió que el sectarismo y el individualismo son amenazas que deben ser combatidas desde todos los frentes.
Francisco fue una de las pocas figuras globales con autoridad moral que no solo hablaba de justicia social, sino que lo hacía con total seriedad y compromiso. Reconocía que el modelo neoliberal actual no es viable a largo plazo, pero también alertaba sobre las consecuencias del nuevo sistema que se empieza a vislumbrar como reemplazo. No se quedó en palabras: apoyó activamente a quienes compartían su visión en distintas partes del mundo.
Con su partida, el mundo pierde una voz lúcida y valiente que lograba conjugar espiritualidad con acción política, fe con justicia social, y esperanza con compromiso. Francisco no fue solo un Papa: fue un líder transformador que dejó un legado que trasciende religiones y fronteras.