El "milagro" liberal se desvanece: gigantes empresariales sufren el impacto de la recesión
El modelo económico impulsado por el gobierno de Javier Milei, basado en la desregulación y el ajuste fiscal, comienza a mostrar sus fisuras. Incluso las grandes corporaciones, otrora aliadas del discurso libertario, ahora revelan los estragos de una política que prioriza el beneficio de unos pocos a costa del conjunto de la sociedad.
Redaccion
Ledesma, Mastellone, Arcor y Molinos, nombres emblemáticos del empresariado argentino, han presentado ante la Comisión Nacional de Valores (CNV) sus balances trimestrales, arrojando resultados alarmantes. La caída en las ganancias, que en algunos casos alcanza el 74%, evidencia el desplome del consumo interno y la contracción de la actividad productiva, consecuencias directas de las medidas de austeridad implementadas por el gobierno.
"El dogma del libre mercado, que prometía un florecimiento económico sin precedentes, se revela como un espejismo", afirma [Nombre y apellido], economista y referente de [Organización o partido de izquierda]. "La realidad es que el ajuste brutal, la devaluación y la apertura indiscriminada están llevando a la quiebra a pequeñas y medianas empresas, y ahora, incluso a los grandes jugadores del mercado".
La caída en las ventas de productos básicos, como alimentos y artículos de higiene personal, refleja el deterioro del poder adquisitivo de los trabajadores y la profundización de la desigualdad social. Mientras tanto, la especulación financiera y la fuga de capitales continúan siendo los principales beneficiarios de un modelo que excluye a las mayorías.
"Este es el precio que pagamos por un gobierno que gobierna para los ricos", sentencia un dirigente sindical. "La clase trabajadora no puede seguir soportando el peso de un ajuste que solo beneficia a los grandes empresarios y a los especuladores".
La crisis económica, lejos de ser una fatalidad, es el resultado de decisiones políticas que privilegian el interés de unos pocos por sobre el bienestar de la mayoría. La lucha por un modelo económico más justo y equitativo se torna, ahora más que nunca, una tarea urgente e impostergable.
