Apatía electoral y parálisis legislativa: la Legislatura porteña en el ojo de la tormenta
La creciente apatía electoral en la Ciudad de Buenos Aires, evidenciada en la reciente elección con una participación del 53,35% del padrón, se suma a un preocupante dato: la Legislatura porteña solo sesionó dos veces en lo que va del 2025. La falta de actividad legislativa, con el recinto vacío y sin leyes tratadas ni votadas, profundiza el desencanto ciudadano y plantea interrogantes sobre el funcionamiento de las instituciones democráticas.
Redaccion
La baja participación en las urnas, muy por debajo del histórico 70%, ya había encendido alarmas sobre el desinterés de los porteños en la política local. Sin embargo, la inactividad legislativa parece confirmar las sospechas de una desconexión entre los representantes y sus representados.
"Es una situación alarmante", declaró un referente de una organización civil que prefirió no revelar su nombre. "La falta de sesiones y la ausencia de leyes demuestran una falta de compromiso con los problemas de la ciudad. ¿Cómo se puede esperar que la gente vote si sus representantes no están haciendo su trabajo?".
La falta de tratamiento de leyes en el recinto ha generado críticas de diversos sectores, quienes señalan la necesidad de abordar temas urgentes para la ciudad, como la vivienda, el transporte y la seguridad. La inacción legislativa, según analistas políticos, contribuye a alimentar la percepción de que la política es un ámbito alejado de las preocupaciones cotidianas de los ciudadanos.
"La democracia se construye con participación y debate", afirmó un profesor de Ciencia Política de la Universidad de Buenos Aires. "La falta de sesiones y la ausencia de leyes erosionan la confianza en las instituciones y alejan a los ciudadanos de la política".
La situación plantea un desafío para la Legislatura porteña, que deberá recuperar la confianza de los ciudadanos y demostrar su capacidad para abordar los problemas de la ciudad. La baja participación electoral y la parálisis legislativa son señales de alerta que no pueden ser ignoradas.
